10 de marzo de 2009

3ra CARTA DE LA SOCIEDAD CIVIL A LAS FARC - EP.


Bogotá DC, marzo 1 de 2009


Señor D.
Alfonso Cano
Comandante de las Farc-Ep
Demás miembros del Secretariado
Montañas de Colombia

Reciban nuestro saludo con la esperanza de una paz duradera.


Colombianas y colombianos por la Paz reiteramos nuestra voluntad de continuar en el proceso de intercambio epistolar con las Farc. Reconocemos la voluntad de esta guerrilla, el CICR y el gobierno de Brasil, así como la aceptación del Gobierno nacional para que la liberación de cuatro integrantes de la Fuerza Pública y dos dirigentes políticos llegara a feliz término. Tales liberaciones constituyen una referencia positiva para el necesario proceso de una salida negociada que permita poner fin al conflicto social y armado interno por medios distintos a los de la guerra.

Como lo hicimos desde el inicio de este diálogo epistolar, rechazamos y condenamos las prácticas contrarias a los más elementales principios humanitarios y confiamos en que gestos como el de las liberaciones recientes conduzcan en poco tiempo a un reconocimiento expreso de que la degradación del conflicto está desarticulando política y moralmente a la sociedad colombiana y concluya en una franca, decida y definitiva proscripción de la prácticas lesivas de los valores humanitarios más esenciales. Reiteramos nuestra inquietud acerca de si las Farc están dispuestas a excluir del conflicto armado el secuestro como arma de lucha.


Un primer paso en esta dirección es, sin duda, la apertura hacia un acuerdo humanitario, contenida en sus más recientes comunicaciones. Es indispensable precisar, con urgencia, el marco dentro del cual se podría adelantar ese acuerdo, estableciendo las circunstancias de tiempo, modo y lugar, de tal manera que podamos contribuir a su pronta realización. A nuestro juicio, tal mecanismo debe dar inicio a la búsqueda de alternativas para la terminación del conflicto. Ese acuerdo, además del intercambio, debe permitir negociaciones políticas que conduzcan al logro de la paz, como anhelo supremo de la sociedad.


Esperamos continuar con nuestro apoyo al acuerdo humanitario en los términos señalados y a la construcción de espacios adecuados para hacer efectivo el derecho constitucional a la paz.

Cordialmente,

Colombianas y colombianos por la Paz


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